ATENCIÓN. PARA EL COLOQUIO

Publicado en por Horacio Sampayo

I.- ATENCIÓN. PARA EL COLOQUIO.

5/7/2010

Un coloquio es una conversación entre el docente y el estudiante centrada en algún tema del programa.

Se puede preparar cualquier tema del programa. O se puede tomar el tema que estén trabajando en este momento en su lugar de trabajo.

Pido una reflexión desde la sociología, sobre la salud, o sobre la enfermedad de época o de moda, o sobre los sistemas de salud en la actualidad,

Deben tener en cuenta que se pretende una articulación entre enfermería y sociedad.

También vamos a conversar sobre el último trabajo práctico.

 

II.- SOCIOLOGÍA PARA ENFERMERÍA 2010.

 

La enfermería como práctica teóricamente guiada.

A lo largo de este cursado hemos visto como la revolución industrial dan origen a la idea de progreso, a la división social del trabajo, a la convicción hegemónica que la ciencia puede ser la herramienta para mejorar la calidad de vida del humano, y junto con ello el desarrollo de la medicina moderna y el surgimiento de la enfermería como práctica profesional.

La enfermería como programa de investigación. La formación profesional y la administración de servicios.

También hemos visto como el proceso de desarrollo de la enfermería fue llevando a la necesidad de una práctica cada vez más asentada en un desarrollo teórico serio, basado en la observación y la reflexión y en principios de investigación científicos.  Al mismo tiempo, al i9nterior de la profesión empiezan a configurarse campos de aplicación y especializaciones cada vez más demandadas. Como la formación, la administración de servicios de salud, la enfermería laboral, y varias otras. 

El MMH y el capitalismo avanzado.    

En los últimos treinta años, se impuso como pensamiento único el modelo neo-liberal, que pretende no sólo dirigir el campo económico, sino abarcar la totalidad de la vida social. Y por supuesto en el campo de la atención de la salud, se impone más que nunca el MMH (Ver Menéndez) con una atención absolutamente mercantilizada. La atención es un bien más en el mercado, por lo tanto, la calidad de atención depende del potencial económico del cliente. Que además es tratado como un cliente.   Hemos visto como la atención de determinados médicos, que han alcanzado fama, sea por su capacidad como médicos,  por sus intervenciones mediáticas o por el aparato publicitario que los respalda, pueden cobrar altos honorarios, e incluso no atender obras sociales, mientras que otros, llegan a atender durante diez horas seguidas en el consultorio, acumulando bonos de atención en insólitas cantidades, brindando una atención bastante deficiente, mientras que quienes no tienen alguna cobertura, deben recurrir al hospital público, saturado de pacientes, escasos de insumos y medicamentos, y el cual muchas veces deriva a los pacientes hacia clínicas privadas, de modo tal que se “privatiza” por este medio la atención de salud.

 

Los modelos de atención de salud.

Desde los albores de la medicina moderna, a mediados del SXIX, fue generándose un debate acerca de la forma que debían adoptar las organizaciones de atención de la salud, y, sobre todo, si se trata de un problema privado de cada uno o por el contrario debe formar parte de la política de Estado.  En la Inglaterra Victoriana, lugar y momento del desarrollo de la práctica de la medicina moderna, (Florence Nightingale, 1820-1910, fue contemporánea de la reina Victoria 1819-1901) donde también se desarrollo la enfermería profesional, tuvo lugar un amplio debate. Los hospitales que existían en la época, y que sirvieron de modelo a los sistemas hospitalarios de todo el mundo, pertenecían a la corona, es decir al Estado o a las instituciones de caridad.  

La atención privada se efectuaba en el consultorio del médico (Harley Street es todavía hoy la calle de los médicos de fama) o si la situación lo requería a domicilio. Las/os enfermera/os eran “entrenadas” (no formadas) en los hospitales aunque después muchas terminaban trabajando en las residencias de quienes podían pagar por sus cuidados.

La discusión entre atención estatal para todos o privada para quien pueda pagarla tuvo entre sus protagonistas a la corporación médica, que consideraba que su arte era demasiado importante como para ponerla a disposición de cualquiera. Por otro lado, el aumento del número de médicos hubiera atentado contra la calidad de las prestaciones, por lo que la calidad de la atención siempre estuvo ligada a la oferta y demanda.

En esa época se perfilaron los tres modelos posibles: privado, de caridad y estatal.    Pero en cuanto a las prestaciones, en Argentina tenemos dos modelos, privado y público. Aunque en los últimos años se profundizó el sistema privado, desfinanciando el público y sometiéndolo a presiones para su “autogestión”, es decir haciendo que recuperen sus gastos de modo que en la práctica se transforman en instituciones privadas de caridad. La tendencia en la Provincia de Neuquén en los últimos gobiernos ha sido a la privatización de las prestaciones con financiación privada, solidaria o estatal.

Hacia una medicina verdaderamente social.

Es obvio que el actual modelo de prestaciones no sirve, es demasiado caro y presta servicios de “excelencia” pero mal definidos y pésimamente organizados. De nada sirve tener una ingeniería de diagnóstico, quirúrgica y clínica de alta tecnología a disposición de muy pocos usuarios, con médicos que no están suficientemente capacitados para usarla y con instalaciones hospitalarias muy deficientes, enfermeros mal formados y peor pagados,  muchos de ellos auxiliares con una formación mínima en el mismo lugar de trabajo, con una práctica intensiva y una teoría muy deficiente. Programas que se suceden de profesionalización y después de formación a nivel de licenciados, desfinanciados, con docentes que no llegan a realizar una profundización en el tema, que duran uno o dos años y después se abandonan y se cambian por otros.

Pero lo más grave, es que la atención de salud ha dejado de ser una preocupación de la comunidad, para transformarse en una cuestión de especialistas, y sólo en quienes  puedan pagarla. Educación para la salud, autocuidados, atención médico-enfermera gradual, con niveles y para toda la comunidad parecen ser delirios de quienes pensaron alguna vez que la sociedad somos todos, y no sólo algunos sectores incluidos por obra de la suerte.   

 

Repensar la salud desde el cuidado, en forma gradual, autocuidado, cuidado a nivel de unidad doméstica, atención profesional de enfermería, atención domiciliaria permanente, internaciones breves, internación domiciliaria, intervención de alta complejidad sólo en los casos en que los demás niveles sean realmente insuficientes, requiere una profunda reflexión, no solo de la salud, sino de todas la áreas de la vida social.

 

Neuquén. 29/6/2010. 

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